Ya empezaba la primavera. Estábamos cenando juntas y de repente, en medio de la conversación con Katrin, la expresión "You're my charity" brotó de su boca. Las cosas nunca volvieron a ser iguales. Esta mañana cuando veía los discursos de los activistas en apoyo a las marchas y disturbios antiracistas, fomentados por la muerte de George Floyd, recordé las palabras de Katrin. Recordé lo que es sentirse pequeña y discriminada. Observada. Excluida. Apartada. Disminuida. Recordé por qué me fui y por qué volví. Por qué regresé para aprender de mi país y en mi país. Por qué entendí que las cosas tenían que cambiar y por qué lo que viví en el año más fructífero y duro de mi vida me cambió, para siempre. Cuento la historia y a mi mamá le parece que "De una u otra forma es verdad". No la culpo. Hace 7 años, cuando terminé el bachillerato lo único que quería era irme de mi casa. Hace 10 años lo hice, me fui de mi casa... pensé que la vida de ahí en adelante sería ...