Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de noviembre, 2020

Adiós arrepentido

Llanto inútil, arrepentido. Lloro porque el libro que estoy leyendo me hace pensar en el pasado. Lloro porque narré con voz sutil la despedida trágica de mis abuelos en silencio, mientras ignoraba en la vida real a mi abuelita y la obligaba a subirse a jugar Mahjong al computador, mientras todos en silencio esperábamos que fuera la hora de irme para sentirnos tristes y aguar los ojos, y decirnos que nos queríamos en vez de querernos en el momento en el que nos hablábamos, y no ignorarnos, y no fingir, tanto que somos todos demasiado independientes y fríos como para pasar los últimos momentos unidos, como también estúpidos y crueles, porque nos dábamos cuenta siempre después, y arrepentidos nos sentábamos a escribir sobre el pasado que pudo ser, de tan sólo haber dejado a un lado el egoísmo aprendido desde la niñez. Los eternamente arrepentidos. Mi familia había vivido y transmitido como culto, tal vez producto del trauma de las malas rachas económicas, que había que hacerse plata, buen
 "No tendría sentido arrepentirse de algo que dependió tan poco de la voluntad y tanto de las circunstancias de haber nacido en este momento de la historia, en este rincón de la tierra, en ese entorno familiar y no en otro". 

Una y otra vez

Te vas, de nuevo te vas. Te vas y duele como siempre que te vas, casi como si nunca te hubieras ido y esta fuese la primera vez que me despido de ti. Esta vez fue extraña, incierta. Te tuve mucho tiempo pero hasta hace muy poco me acostumbré a tenerte cerca de nuevo. Fue difícil y raro. Toda la situación nos pintaba el miedo de verte ir repentinamente de nuevo. Y nunca pasó.  Esta vez no fue nada repentina, estuviste preparada mucho tiempo para volver al lugar donde amaste la vida, y también donde la odiaste, donde escapaste, donde te refugiaste, donde más cambiaste. Volverás allá y volverás acá también, y no sabremos cuando será la próxima vez que no vengas de simple visita, sino que te quedes a oler feo como la visita de más de una semana, hasta acomodarme de nuevo a tu olor, y a tus mañas, y a tu risa, tu inmensa-interminable-resonante risa, y la facilidad con la que me haces reír ¡Cómo me haces reír! En serio ¿Cómo puedes hacerme reír tanto?. No te has ido y ya te extraño, y como e
 Escribir porque hace mucho no se hace. Tiene sentido, algo debe haber detrás de la melancolía que evado desde hace unos días. Me evado, porque debo aceptar que escondo los escritos donde más describo la verdad, los sentimientos, la vulnerabilidad. Me privo del lujo, aunque vivo llena de privilegios. Desprecio la superficialidad de la adoración a las imágenes. Recuerdo que en el colegio decían que según la biblia, adorar a las imágenes estaba mal. Y hoy no somos mucho más que adoradoras de imágenes. Lo hacemos y queremos que lo hagan con nosotras. No me importa pasar mucho tiempo con la misma foto, pero cada cierto tiempo entro y salgo, y la veo y la admiro, y la observo y la adoro. Y me adoro a mi misma irremediablemente, casi hasta al punto de olvidar todo lo que cargo encima que también hace parte de mi pero pesa. Casi hasta el punto de creer que lo merezco todo. Me asqueo del acto impetuoso de observar y observarme y recuerdo lo imposible que es tenerlo todo. Pero Maria dice que to
I sit down in front of life.  Self assured, self annoyed. How much thought can one put into being who one is? -I'm not sure.  The satisfaction of privilege. Opening the door with my badge or my keys. Saying what I want at the time I want. Making people laugh. Knowing how to make people laugh. Knowing when people have no idea of who they are. Knowing who people are. Not being able to control the urge to open social media. Wanting to dissappear but not going at it. Reading fast when I want, but no being able to read when I don't find it interesting. I usually hate many parts of existence, if not most of them, just as much as I love them. We all suck, even at sucking.