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Mostrando entradas de enero, 2020
Why do all the bad thoughts always come, on a Sunday morning cigarette? Why is all the sorrow of a word, kept on lock under my silhouette? Is it true that living happy is easy?, cause the shaking hands say different. Is it right to say you're fine, when... all you do is cry to melodies. Why do all the bad thoughts always come, on a Sunday morning cigarette? Why is never easy to hold down, all the feelings seem so remnant If I were to say that I'm not good, would you come and make me soup? Why is it so hard to let the love, spread around the emptiness? I'm never good at lying but I can, make you believe that I'll be fine.

Odio al pasado no pisado

Los días han pasado pero yo no paso con ellos. No sé cuantos días se han ido ya sin mi, y por más que intente recordar, solo me revuelvo y me vuelvo a sumergir en la honda onda del momento extraño en el que me perdí. Subía por una colina llena de valentía y esperanzas. La gente a mi alrededor sufría y lloraba, y moría y tendida en el suelo esperaba la muerte también. Miré para abajo un segundo, y en el mismo segundo me hice trizas y lágrimas con ellos. Ya no puedo pensar bien, no me duelen sus dolencias, no estoy triste por ellos o ellas, y no quiero estarlo tampoco. Pero de repente los hilos extensos y gruesos de todos sus pensamientos, se vuelven gusanos pesados que trepan y entran por cada poro de piel. Juanita está triste y no quiero hacerla feliz, solo quiero verla feliz. La gente está en paro y se dice que yo también. Y quiero creerlo, pero ya ni siquiera tengo claro el por qué. Los de lejos, lejos vuelven y cerca de mi volverán también. No tengo muy claro cuando o de dónde vi

De la privacidad pública en la crisis del individuo

Aquí estamos sí, otra vez, sí. Un domingo cuasi lunes, cuasi sábado, sí. Es navidad, de nuevo. El año pasado andaba emputada porque la empresa nos había mudado a un lugar nuevo. Olía a mierda porque a diferencia mía muchas personas logran liberar sus esfínteres en lugares públicos. ¿Qué es lo público? Porque si lo pienso bien, mi casa no es que sea mía, mi mamá la comparte conmigo, y yo con ella -es un bien común- is in biin cimin. Porque vivimos en arriendo. Nada es nuestro, o más bien todo debería serlo. Y aquí viene el truquito. Sobre la propiedad privada y la calidad de vida. Me cuestiono constantemente que tan mías son las cosas más allá de mi cuerpo (-inclusive este, cuerpo- que a los ojos de algunos hombres -que deberían llamarse de otra especie diferente a la humana-, puede considerarse como objeto de posesión para la autosatisfacción de cualquier tipo -y no hablo sólo del sexo, sino también de la satisfacción social, emocional, física, material y económica-). Hoy le hablé