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Eres

Te conocí cuando lloraste con tus manos el pasado,
Cuando unidas a los químicos, la música y las cicatrices me dijiste quién creías ser.

Yo ya te conocía.
Fui tú y he sido tú y soy tú.

Me reconocí en ti,
Y te hice mía.

Te hice mía en las ideas y en los deseos.

Fui tu paciente, tu remedio y tu desaliento.

Fuiste mi calma, mi turbia marea y mi aire liviano después de un día pesado.

Estás,
En cada cosa que pienso cuando hablo de lo bueno.
De lo bueno que es amar,
De lo bueno que es querer,
De lo bueno que es saber,
Con certeza,
Que en la finitud que evoca la muerte en los recuerdos de una época oscura,
Siempre habrá, también,
Luz infinita que emane de tu cuerpo:
Ese que no te miras,
Ese que no extrañas,
Ese que parece otro,
Aunque cuando cantas, entrañas.

En ti habrá por siempre palabras de mi,
Y en mi habrá siempre canciones de ti.


Feliz renacer.
Te quiero.

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