Me dije muchas cosas todo este tiempo. Me dije, o me dijeron. En los pensamientos de la noche que en estos días revueltos interrumpen mi sueño, recuerdo y develo como epifanías los mensajes que ya he escuchado alguna vez desde que este viaje empezó. "Nada, repito, nada va a ser igual después de esto." "Ya no volverás a ser la misma" Sí que lo buscaba, de alguna forma. Que algo se rompiera, que algo explotara, que algo en definitiva, cambiara. Que cambiara irremediable e imponentemente para obligarme a cambiar a mí. Que cambiara para no tener otra opción más que inventarme de nuevo. Morir, y nacer de nuevo. Vivir, y sentir que la vida se me está acabando, para buscar otra vida y entonces, volver a vivir. Te fuiste, y te llevaste contigo, o me llevaste a mi... todas esas ganas de empezar de nuevo, porque cómo pretender que la vida sea la misma sin ti aquí. Cómo resignificar las paredes que habitaste, el suelo que pisaste, los paisajes que miraste. Es posible pero
Me distraigo del dolor. Me distraigo del dolor, de las cosas que hay que hacer. Me distraigo de pensarte, de pensar en ti. En lo que no hice, lo que no dije, lo que no cambié, lo que no alcancé. Me distraigo de la culpa, del arrepentimiento. Me distraigo acá, de la distracción. Quisiera que cada recuerdo fuera uno feliz. Pero a veces me distraigo sufriendo, pensando en tus ultimos momentos. En nuestros últimos momentos. En lo que te dije, en lo que sentí, en lo que pasó, en lo que vi, en lo que toqué, en lo que escuché y lo que me faltó escuchar de ti. Me distraigo de entrar en el dolor porque me da miedo no poder salir. Me convenzo de la tranquilidad, de la belleza, de la paz que dejaste. Me convenzo de que estoy bien, de que estás bien. De la alegría completa, no sé si me distraigo también o si de verdad estoy triste o deprimida. Algo no hace click del todo, no estoy bien del todo, no siento del todo, no respiro hondo, no escucho bien. Te extraño, te extraño mucho. Decirlo, pens