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Mostrando entradas de marzo, 2020

Evitar lo inevitable.

He tratado de no pensar en el futuro porque no es real. He tratado pero en el proceso tuve que amputar las raíces de lo que me ata a la realidad. La evité. Yo traté de hacerme vida en mi casa, de verla linda y agradable todo el tiempo. Quise pretender ser la más sensata entre nosotras. No le vi problema a ofrecerle mi ayuda a las personas queridas. No le pedí a nadie que me ayudara, o si lo hice, lo hice esperando que nunca fuera necesario. Me repito: el miedo es lo único que no dejaré entrar. Me resiento, de volverme a sentir: tengo miedo. Por más que no quiera pensar en el futuro, hay algún tipo de certeza o de presente en él... la confirmación de mi propia prolongación. No lo quise poner en palabras porque como siempre digo: si lo pongo en palabras es real; pero lo que sentía no paraba de incitarme a parar. ¿Para qué estudiar si el mundo está en pausa? ¿Para qué mentirme? El otro día me soñé despierta que tomaba el bus, como siempre con afán, y recorrí despacio el camino

Hoy 28, aparente ciclo lunar: Al feminismo

Frase de reconocimiento en el feminismo: El machismo, como muchas otras cosas, es impuesto. ¿Por qué un académico con todas las capacidades intelectuales y herramientas de aprendizaje a su disposición, incluso perteneciendo al campo de las ciencias humanas, puede ser un machista, o peor aún, un misógino? ¿Recuerdas cuando me dijiste que los franceses no sabían cómo hablar francés, y tú no sabías cómo hablabas español? ¿Recuerdas? Los machos y las machistas estamos todes así. No hemos aprendido, o no hemos querido aprender el lenguaje del feminismo. Suena impositivo, sí. Disidente. Rebelde. Suena a alemán, pero no al alemán que yo sé hablar porque lo aprendí a hablar y porque viví en Alemania, sino al alemán imaginario de todas las películas que hablan de Hitler: al alemán nazi: Feminazi. Nos convertimos en expertos de muchas cosas que no conocemos, que no nos imponen. Nos atrevemos a cuestionarlas, o a amoldarlas a nuestras ideas y a nuestro cuerpo. ¿Y si nos dijeran que todo

Dos y una

Soy una hipócrita. Soy una doble. Me se el bunde tolimense aunque no nací allá. Dicen que la sangre llama, Y la tierra también. Tal vez en las faltas de cuerpo, Relleno los versos al ritmo del bunde, "No soy del Tolima pero mi papá sí" No sé quien es él, Pero el sonido que la historia reproduce parece mucho más dulce que la capital, Donde nací. Para cuando me repudio a mi misma, Pienso que mis cosas malas deben venir del Tolima. Para cuando me quiero querer, Pienso que la música que canto, Viene de mi sangre tolimense. Cuando odio mi pereza, Maldigo el día en que mi padres se conocieran. Cuando no quiero vivir, En verdad deseo que tampoco ellos existieran. Mitad odio, Mitad amor. La sangre llama, La tierra también.

Víctima vs. victimario

Qué triste ser mi papá. Qué feo ser él. No tiene perdón, No tiene excusas, Su pasado le carcome hasta los pies. No se puede equivocar, No puede reír demasiado, Ni querer demasiado, Ni querer ni ser querido. Los errores le pesan, son su cáncer. Los dolores lo han llevado a cometer errores. No quisiera ser él. Ha perdido derechos, Ha perdido amistades, Ha perdido a su única hija que condescendiente se limita a decir holas, y estoy bien gracias, pero nunca a preguntar cómo está. Nadie quiere saber cómo está, Porque aunque estuviera bien no se lo merece. No hay excusas, No hay motivos, No merece ser feliz. ¿Y si llega a serlo? Condenado doblemente por cinismo y crueldad, Él que en forma de victimario se ha permitido pedir perdón y perdonar. Que calle por siempre, Su palabra no merece juicio alguno, Que deje de ver, Sus errores que nublen su vista y no le dejen ver paso al futuro. Lo he condenado, consciente, vengativa y quejumbrosa. Quise quererlo y lo q