Ir al contenido principal

Perdida

Me cuesta concentrarme, me cuesta sentirme aquí.


Pienso y pienso y entiendo. Que tal vez es hora de retomar el camino, el que llevaba. No importa el donde, pero sí el cuándo. 

Hace más de un año que dejé de estudiar. Lo hice porque venía a tomarme un año de pausa aquí, a ver qué pasaba con la vida. Aquí estoy, la vida me trajo aquí, y ahora ésta es la vida. Ya no debería tener excusas para retomar el proyecto que me hacía tan feliz. 


Cuando piensas en esto, qué sientes Cami? -Diría Maria

Y mi respuesta es: pereza. Me siento muy cómoda como estoy, en el fondo me siento como una estafadora. Recuerdo las entrevistas y recuerdo sentir que realmente puedo con el trabajo, pero todo lo que veo lo veo a medias y sin interés, y todo lo que hago lo hago con mínimo esfuerzo. Digo que me encanta estar sola pero en realidad me encanta no hacer nada, y eso incluye no tener que interactuar con nadie. También me encanta estar con gente y no hacer nada con ellos, o hacer cosas con ellos porque así tengo contra quienes compararme o a quienes humillar. Todo por ser mejor, todo por ser más importante. 

-Hay ciclos Cami.

Parece que aquí estoy de nuevo, en el eclipse, en el pasado. Luchando con eso que tanto me ha costado entender y cambiar de mi. Mi ego y su egoísmo, mi delirio de superioridad y su inseguridad. Mi necesidad de ser especial y admirada. En el fondo, todo esto viene de darme cuenta que no soy feliz con Adán si me empiezo a volcar demasiado en él. 

Ultimamente dice casi como en queja que como ya no tiene tanto tiempo para hacer x o y cosa por estar conmigo, tiene que sacar el tiempo en algún otro momento. Y me duele, no sé si no entiendo la forma en que lo dice, seguro hay buena parte de eso, seguro a él no le molesta que pasar tiempo conmigo le haga correr sus cosas, pero a mi me molesta esa forma en que lo dice, como si yo le impidiera hacer algo, creo que el solo trata de explicarse por qué ya no tiene tanto tiempo. Lo triste es que yo no siento que pasemos TANTO tiempo. 

Y entonces me pregunto: para dónde voy? Por qué me molesta tanto? Por qué a mi me sobra tiempo y a él le falta? Me inscribo en el ballet, en el curso de excel, respondo los correos del trabajo con más ganas, y qué gano?

-Un montón de cosas para procrastinar. Si tienes hambre al menos come zanahorias con hummus. Por qué dejaste de hacer ejercicio? Por qué volviste a comer cuanto dulce te encuentres? Por qué volviste a beber? Por qué sigues comiendo pan? Por qué te comprometiste a darle plata a tu papá? Por qué lo ignoras si le dijiste que lo ibas a querer? Por qué no puedes sentirte bien por una hijueputa vez en tu vida? Por qué te encanta hacerte la víctima? Por qué te fastidia tanto tu pelo? Por qué te sientes tan en descontrol de ti? Por qué no bailas bien si tanto te gusta bailar? Por qué tienes tanta ropa? Por qué ahora te vistes como una perra de oficina? Por qué eres tan dramática? Por qué evitas tener que llamar a Maria? Por qué te cuesta tanto organizarte? Por qué te cuesta tanto confiar? Por qué eres tan celosa? Por qué no te bajas el cuento de hadas de la cabeza? Por qué no cambias? Por qué no eres? Por qué no dejas de ser? Por qué empezaste a olvidarlo todo? Por qué te dejaron de importar tanto tantas cosas? Por qué te concentras tanto en él? Por qué te alejaste de tus amigos? Por qué procrastinas tanto? Por qué haces tan poco? Por qué eres tan perezosa? 




Comentarios

Entradas populares de este blog

Me fui para volver

Me fui... pensando que nunca volvería, pero al mismo tiempo pensando en que precisamente por pensar así, volvería, y así fue. Tenía 21 años cuando decidí irme a vivir a Múnich, Alemania como Au Pair. Llevaba años queriendo hacerlo pero mis planes allá no eran muy claros, inicialmente quise viajar por el mundo aprendiendo idiomas y cuidando niños, lo cual en  su momento de verdad me gustaba mucho, pero en mi imaginario de lo que tenía que hacer para lograr alcanzar eso, pensaba que necesitaba antes que nada: mucho dinero. Me concentré en trabajar y ahorrar para poder pagar una agencia que me guiara en el proceso y me contactara con quienes serían me familia de acogida. Hacer eso me tomó más tiempo del que esperaba y cuando por fin logré pagar una agencia, me estafaron; pagué al rededor de 1200 dólares para hacer todo el proceso, el cual incluía cursos de alemán básico para pasar el examen que se necesita para la visa, todo para que después de 6 meses dijeran que mi contrato se hab...

El tercer desencantamiento

La evolución, el capitalismo y el ego. Yo diría que hay un cuarto: el feminismo. Pero ese no es el tema. Recuerdo una charla con una chica de Filosofía. Me dijo que la filosofía solo quiere conquistar, irrumpir, destruir a las ideas contrincantes. La ciencia de la sabiduría parece no ser muy auto reflexiva, o más bien muy ética. Parece no querer coexistir con nadie, siempre el origen, siempre la ciencia pura, siempre la madre o el padre. Siempre los hombres detrás de las ideas que interpretan, explican o comprenden. Ahora que lo veo así, podría decir que no hay mucha diferencia entre evolución, capitalismo y ego. Todas acumulan, todas se aferran sin saber que se adaptan, todas luchando por coexistir con los otros pedazos de versión de humanidad, o de humanidad en conjunto. El ego podría ser la acumulación de experiencias, de memorias, de historia. Una evolución que enfocada en teoría de la acumulación reproduce a un ser humano que aferrado a su pasado se justifica en su present...

Venceremos

Me siento inmune, lo soy. Al virus, al sufrimiento, al paro.  No paro de pensar en él. Es tal vez de las pocas cosas para las que no estoy dormida, inocua, débil.  Me sobran las ganas de estar con él, de saber de él, de verlo bien. Feliz, chistoso, seguro, él. Él, que a 5 horas de conocernos me dijo que no sabía porqué, pero de repente quería verme mucho, y tal vez que ya nunca me fuera de su lado. Él que aún cuando intento escribir con ira sobre todas las otras cosas que suceden además de él, siempre es la primera o la última frase, cualquiera de las dos de vital importancia. Me siento dormida, llevada, traída.  Hoy estaba en la marcha feminista. Una niña de 17 años se suicidó luego de haber sido violada por 4 policías en una estación. Ni siquiera eso me duele. No me duele porque sé que seguramente eso fue lo mejor que pudo hacer. Porque sé que estar allí es vivir una película de terror eterna. Nunca se borra. A veces la pasas más rápido, a veces más lento. A veces duele...