Ir al contenido principal

Te extraño, Juani

Llevo mucho tiempo pensando que tal vez todo siempre fue mejor así. Que ya eramos diferentes, que ya no podíamos ser las amigas que fuimos. Que habíamos cambiado tanto que ya no nos hacíamos sentir bien.


Hoy te extraño como hace rato no te extrañaba. No porque durante este tiempo no te hubiese echado de menos, porque lo hice; pero siempre con un poco de resentimiento.


Hoy te extraño tal vez porque habría sido en un momento como este en el que me siento tan ahogada de cosas, sentimientos y sensaciones, que solo quiero llorar y sentirme bien llorando. Contigo siempre me sentí bien al llorar, tal vez porque tu lloras más en general, y como llorar es tan malo pues mejor llorar menos que más, mejor llorar menos que tú, o sea, mejor ser mejor que tú. 


Te extraño porque me conociste profundamente, hasta lo más feo, lo más crudo, hasta esto que tal vez nos rompió. Siempre me importé más a mi misma, para bien o para mal, a veces con dolor, a veces sin razón, a veces sin corazón. 


Por mucho tiempo me alejé porque sentía que todo lo juzgabas con dureza, y algunas otras cosas me parecían ridículas y ya. Realmente al nivel de cercanía que teníamos me frustraba que no fueras como yo quería y ya. Todo este tiempo me juré intacta de culpas, no es cierto. Soy la culpable de que nuestra amistad haya acabado como lo hizo. Algo de mi me decía que algo iba a cambiar, o que igual se iba a acabar, y tal vez tenía mucho miedo de eso, o tal vez lo quería así, o tal vez en el fondo sí lo quise tal cual y como sucedió. Para no tener que dar la cara, para no tener que enfrentar las consecuencias. 

Y las consecuencias... estas.

Que hasta hoy te pienso sin sentir que una parte de mi te odia porque me ahogaba en tristeza por el mundo, por ti, por mi. Que hasta hoy pued sentir con completo añoro el abrazo profundo que nos dábamos al llorar juntas, y cuánto me hacen falta tus palabras, y cuánto me permitiste sentir a tu lado sin decir nada, también. Y cuanto te amo y te amé, también. 

Te quiero mucho, siempre lo haré. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Me fui para volver

Me fui... pensando que nunca volvería, pero al mismo tiempo pensando en que precisamente por pensar así, volvería, y así fue. Tenía 21 años cuando decidí irme a vivir a Múnich, Alemania como Au Pair. Llevaba años queriendo hacerlo pero mis planes allá no eran muy claros, inicialmente quise viajar por el mundo aprendiendo idiomas y cuidando niños, lo cual en  su momento de verdad me gustaba mucho, pero en mi imaginario de lo que tenía que hacer para lograr alcanzar eso, pensaba que necesitaba antes que nada: mucho dinero. Me concentré en trabajar y ahorrar para poder pagar una agencia que me guiara en el proceso y me contactara con quienes serían me familia de acogida. Hacer eso me tomó más tiempo del que esperaba y cuando por fin logré pagar una agencia, me estafaron; pagué al rededor de 1200 dólares para hacer todo el proceso, el cual incluía cursos de alemán básico para pasar el examen que se necesita para la visa, todo para que después de 6 meses dijeran que mi contrato se hab...

El tercer desencantamiento

La evolución, el capitalismo y el ego. Yo diría que hay un cuarto: el feminismo. Pero ese no es el tema. Recuerdo una charla con una chica de Filosofía. Me dijo que la filosofía solo quiere conquistar, irrumpir, destruir a las ideas contrincantes. La ciencia de la sabiduría parece no ser muy auto reflexiva, o más bien muy ética. Parece no querer coexistir con nadie, siempre el origen, siempre la ciencia pura, siempre la madre o el padre. Siempre los hombres detrás de las ideas que interpretan, explican o comprenden. Ahora que lo veo así, podría decir que no hay mucha diferencia entre evolución, capitalismo y ego. Todas acumulan, todas se aferran sin saber que se adaptan, todas luchando por coexistir con los otros pedazos de versión de humanidad, o de humanidad en conjunto. El ego podría ser la acumulación de experiencias, de memorias, de historia. Una evolución que enfocada en teoría de la acumulación reproduce a un ser humano que aferrado a su pasado se justifica en su present...

Venceremos

Me siento inmune, lo soy. Al virus, al sufrimiento, al paro.  No paro de pensar en él. Es tal vez de las pocas cosas para las que no estoy dormida, inocua, débil.  Me sobran las ganas de estar con él, de saber de él, de verlo bien. Feliz, chistoso, seguro, él. Él, que a 5 horas de conocernos me dijo que no sabía porqué, pero de repente quería verme mucho, y tal vez que ya nunca me fuera de su lado. Él que aún cuando intento escribir con ira sobre todas las otras cosas que suceden además de él, siempre es la primera o la última frase, cualquiera de las dos de vital importancia. Me siento dormida, llevada, traída.  Hoy estaba en la marcha feminista. Una niña de 17 años se suicidó luego de haber sido violada por 4 policías en una estación. Ni siquiera eso me duele. No me duele porque sé que seguramente eso fue lo mejor que pudo hacer. Porque sé que estar allí es vivir una película de terror eterna. Nunca se borra. A veces la pasas más rápido, a veces más lento. A veces duele...