Ir al contenido principal

Muerte

La muerte.

Viene y va.

Llegas un día a tu casa y te mira a la cara en los ojos de un muerto.

No respira, 

Su cuerpo cubierto con una tela azul señala a la vida que dejó el cuerpo.

Me dice al oído: hoy fue él, mañana ¿Quién?

Veo sus botas pantaneras,
Me pregunto que hacía,
La bondad me dice que tal vez era un obrero, o un campesino, o simplemente una persona cualquiera que no se levantó pensando en que hoy iba a morir. 

Ya no está. Ya se llevaron su cuerpo. Ya no hay rastros en la calle. No sé cuanto tiempo se queda la sangre diciendo que allí alguien murió.

Él ya no está. Las memorias se empiezan a sentir lejanas y aunque no esté muerto así se siente. Estuvo, por un breve rato de la vida. Más habré tardado en extrañarlo que en haberlo tenido a mi lado. 

Ya no está, 
no se murió.
Hace rato que no estaba.
Hace rato que quería morir de mi. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Me fui para volver

Me fui... pensando que nunca volvería, pero al mismo tiempo pensando en que precisamente por pensar así, volvería, y así fue. Tenía 21 años cuando decidí irme a vivir a Múnich, Alemania como Au Pair. Llevaba años queriendo hacerlo pero mis planes allá no eran muy claros, inicialmente quise viajar por el mundo aprendiendo idiomas y cuidando niños, lo cual en  su momento de verdad me gustaba mucho, pero en mi imaginario de lo que tenía que hacer para lograr alcanzar eso, pensaba que necesitaba antes que nada: mucho dinero. Me concentré en trabajar y ahorrar para poder pagar una agencia que me guiara en el proceso y me contactara con quienes serían me familia de acogida. Hacer eso me tomó más tiempo del que esperaba y cuando por fin logré pagar una agencia, me estafaron; pagué al rededor de 1200 dólares para hacer todo el proceso, el cual incluía cursos de alemán básico para pasar el examen que se necesita para la visa, todo para que después de 6 meses dijeran que mi contrato se hab...

Venceremos

Me siento inmune, lo soy. Al virus, al sufrimiento, al paro.  No paro de pensar en él. Es tal vez de las pocas cosas para las que no estoy dormida, inocua, débil.  Me sobran las ganas de estar con él, de saber de él, de verlo bien. Feliz, chistoso, seguro, él. Él, que a 5 horas de conocernos me dijo que no sabía porqué, pero de repente quería verme mucho, y tal vez que ya nunca me fuera de su lado. Él que aún cuando intento escribir con ira sobre todas las otras cosas que suceden además de él, siempre es la primera o la última frase, cualquiera de las dos de vital importancia. Me siento dormida, llevada, traída.  Hoy estaba en la marcha feminista. Una niña de 17 años se suicidó luego de haber sido violada por 4 policías en una estación. Ni siquiera eso me duele. No me duele porque sé que seguramente eso fue lo mejor que pudo hacer. Porque sé que estar allí es vivir una película de terror eterna. Nunca se borra. A veces la pasas más rápido, a veces más lento. A veces duele...

Un extraño que extraño.

Ahora que no tengo un nombre para ti.  Ahora que mi nombre es un diminutivo en tu historia.  Extraño, Extraño que conocí.   Extraño fue conocerte primero como de mentiras,  con fotos,  con mensajes,  con cosas en común.  Fantaseo, ahora que no estás,  Con las cosas que me gustan de ti.  Fantaseo con la imposibilidad de tenerte, y entonces tenerte allí, En un mundo de mentiras,  De tardes y atardeceres,  De visitas,  De conocerte hasta que dejes de ser extraño, y entonces te quiera, y tú a mí.  Conectar, querer, para mi,  Muchas veces es, fantasear.  Es dibujar en recuerdos futuros un mundo paralelo en el que todo lo que no fue, es.  Todo lo que no somos, somos.  Fuimos, y no me di cuenta que lo fuimos Y ahora que no estás, quisiera llenar mi cabeza con todos los espacios vacíos que tengo de tu ausencia..