Duermo.
Sucumbe el delirio constante de no saber que habría sido de esto si el momento hubiese sido otro.
Qué seríamos hoy si mi autoconcepción no fuese tan buena, ni tan falsa, ni tan confiada.
Quiénes seríamos si de las noches hubiésemos podido encontrar la verdad. Si pudiésemos decirnos que el trago lo hizo todo, o no hizo nada. Que ya todo estaba ahí. Que hace rato te esperaba sin saber quién eras. Que salté de emoción con tu saludo. ¿Por cuánto tiempo pensaste en ese saludo?
No sabías nada. Sabías que me querías para una cosa. No sabías mucho más. No esperabas sentir lo que sentiste, o sentir nada. Ya no sé si lo sientes. Ya después de eso, de seguro no esperabas que fuera la que soy.
Culpa. Inmensa culpa. No sé si haya mucho más que hacer. El pasado es lo que es. El presente no lo sé.
Tengo miedo de dejar de quererte.
Comentarios
Publicar un comentario