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Epistemología del amor

"Los sobrenombres tiernos,
Que serían cursis,
De no ser por esto que sentimos"


                                                                                                "Cuando sales por la puerta
Pienso que no vuelves nunca
Y si no te agarro fuerte
Siento que será mi culpa"


"Ojalá que me despierte y no busque razones
Ojalá que empezara de cero
Y poderle decir que he pasado la vida
Sin saber que la espero, no"


La falta es el deseo, donde hay deseo hay falta.

No estás y quiero que estés. Y de repente cuando estás ya no me haces falta. 

Quise contarte que hoy escuché la voz de mi papá y no la reconocí. Pero se me fueron las frases y el tiempo, y también el pesar. Soy todo lo que niego ser, y todo lo que acepto también. No quiero ser víctima pero quiero que mi historia sea siempre peor que la tuya, porque así soy yo, protagonista, dramática, psicoide, enteramente incompleta o completamente vacía. Y exagero aún cuando digo todo eso, porque la verdad es que me siento feliz. Soy feliz en la medida de lo promedio, y qué cansancio, que ya me convertí en la versión encajada de mi misma que dice que "yo soy así" y que no sabe vivir con nadie más como la gente normal, que dice que ama estar sola pero a veces le aterra estar sola. Y bueno... el amor empieza, tal vez, cuando se teme por lo que diga el otro. 
El amor a la sociedad, el amor a la familia, a los amigos, a ti. A ti a quien me aterra dejar entrar y sufrir, porque no eres nada de lo que conozco, no me imagino el final, no sé para donde vas ni de cuántas maneras me vas a aburrir o a arruinar. Y qué miedo. Y qué lindo desconfiar en medio del miedo de querer confiar. 

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