Frase de reconocimiento en el feminismo:
El machismo, como muchas otras cosas, es impuesto.
¿Por qué un académico con todas las capacidades intelectuales y herramientas de aprendizaje a su disposición, incluso perteneciendo al campo de las ciencias humanas, puede ser un machista, o peor aún, un misógino?
¿Recuerdas cuando me dijiste que los franceses no sabían cómo hablar francés, y tú no sabías cómo hablabas español?
¿Recuerdas?
Los machos y las machistas estamos todes así. No hemos aprendido, o no hemos querido aprender el lenguaje del feminismo. Suena impositivo, sí. Disidente. Rebelde. Suena a alemán, pero no al alemán que yo sé hablar porque lo aprendí a hablar y porque viví en Alemania, sino al alemán imaginario de todas las películas que hablan de Hitler: al alemán nazi: Feminazi.
Nos convertimos en expertos de muchas cosas que no conocemos, que no nos imponen. Nos atrevemos a cuestionarlas, o a amoldarlas a nuestras ideas y a nuestro cuerpo.
¿Y si nos dijeran que todo este tiempo hemos hablado mal nuestra lengua?
¿Nos convertiremos en expertos de la misma, cambiando lo que haya que cambiar para mejorarla? ¿O nos resignaremos a la mediocridad de violar las reglas de la comunicación, y así mismo de las libertades, y más adelante de los cuerpos?
-Yo, trataré.
El machismo, como muchas otras cosas, es impuesto.
¿Por qué un académico con todas las capacidades intelectuales y herramientas de aprendizaje a su disposición, incluso perteneciendo al campo de las ciencias humanas, puede ser un machista, o peor aún, un misógino?
¿Recuerdas cuando me dijiste que los franceses no sabían cómo hablar francés, y tú no sabías cómo hablabas español?
¿Recuerdas?
Los machos y las machistas estamos todes así. No hemos aprendido, o no hemos querido aprender el lenguaje del feminismo. Suena impositivo, sí. Disidente. Rebelde. Suena a alemán, pero no al alemán que yo sé hablar porque lo aprendí a hablar y porque viví en Alemania, sino al alemán imaginario de todas las películas que hablan de Hitler: al alemán nazi: Feminazi.
Nos convertimos en expertos de muchas cosas que no conocemos, que no nos imponen. Nos atrevemos a cuestionarlas, o a amoldarlas a nuestras ideas y a nuestro cuerpo.
¿Y si nos dijeran que todo este tiempo hemos hablado mal nuestra lengua?
¿Nos convertiremos en expertos de la misma, cambiando lo que haya que cambiar para mejorarla? ¿O nos resignaremos a la mediocridad de violar las reglas de la comunicación, y así mismo de las libertades, y más adelante de los cuerpos?
-Yo, trataré.
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