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Un lunes post 27

Lloraba y veía sus caras.
No sé si se contenían, si no me entendían, si les parecí tonta.
Lloraba porque yo estaba feliz. La esperanza de que las cosas empezaran a cambiar me invadía. Una mujer lesbiana había ganado la alcaldía de la capital de mi país. Yo estaba feliz... por fin ganaba la persona por quien voté.
Ellos no tenían por qué estar felices.
Arauca (Arauquita)
Nariño (Tumaco)
Casanare (Paz de Ariporo)
Guaviare (San José)
Amazonas (No sé)

La familia de Verónica acababa de ser desplazada por segunda vez este año. La universidad le bloqueó el usuario y no le dieron los auxilios para comer y pagar el arriendo. Quedó un tipo corrupto que el año pasado fue acusado de narcotráfico y paramilitarismo.

Yeison dice que el tipo que quedó de alcalde fue paraco.
El papá de Jorge negocia ganado y vende leche pero solo a sus vecinos... se autosostiene en la medida de lo posible.
Él también dice que el alcalde es un paraco, sobrino de un milico, un narco.

Y ya entiendo por qué, y lloro. Ya sé por qué el papá de Jorge casi no sale de la finca. Y ya sé por qué ellos no llegaron felices a estudiar. Tienen hambre, no tienen motivos, a ellos, a mis amigos, el país los olvida como siempre... y aunque aquí yo los recuerde, de nada sirve recordar si el presente no se puede cambiar.

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