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Mi primer pride

Hacía sol, el parque estaba lleno, la gente pintada de arco iris, los vendedores haciéndose de los gays el diario.
Algodón de azúcar lésbico, pola trans, maíz bi, cigarrillos pan, agua gay.
De todo y de nada, porque no creo que los objetos representen a nadie.
Arengas que terminé cantando a todo pulmón porque la vida es corta, y a pesar de que no me las sabía, me las fui aprendiendo; la adrenalina, lo lindo que es bailar y saludar por la calle como si por un momento de existencia fueras Lady Di.
Cuatro polas después y 2 kilómetros más adelante nos dieron ganas de hacer pipí. Por fin un momento a solas. Por fin un encuentro para la conversación que dejamos.
Una pollería, tu borracherita, mi prendidita y las ansias. Un minuto de baño en el que sola con mis pensamientos y mi chichí decidí que teníamos que hablar otra vez.
Salimos, perdidas de tus amigos. Te miré y supiste, y esperaste, otra vez, a que fuera como siempre somos, a que fuera como siempre soy.
-Y ¿Entonces?
¿Qué?
-No te hagas... ayer.
Oh yeah!
-Mhmm
Well, what about it?
-Are we gonna have a conversation about that?
Well, is there anything else you'd like to add to it?
-Actually, I think I pretty much said it all.
Okay well then… It'll happen
-Okay, yeah… that sounds better, more "organic" hahaha.
Hahaha, yup.

No sé si era la cerveza ya encerebrada o los nervios ya ennervados, en cualquiera de los casos cuando estás en ese estado hablas en inglés.

Ya después de unirnos de nuevo a la marcha que bajaba por la décima ya casi con 19, tal vez como con 20, paramos un momento; íbamos cogidas de la mano, como en muchas otras ocasiones -más como por no perdernos- pero esta vez te miré y te sonreí, y tu hiciste lo mismo, y ahí te ví, con los ojos cerrados, mientras te daba el beso que llevaba aguantándome casi desde que nos conocimos, 8 meses atrás.

De ahí en adelante todo fue flores y colores, corazones y arco iris, nubecitas de algodón, unicornios de sabores y estrellitas con canciones, no tanto por la marcha, o bueno sí, ¡Claro que sí!. No era la primera vez que besaba a una chica, pero era la primera vez que quería a una y podía sentirlo sin miedo de nada.

Y ¡QUÉ PUTO PRIDE!.

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