Me avivabas el fuego.
Te quise tanto,
Te quise tanto querer.
Pude y fui todo lo malo de mi,
Toda la mala que soy.
Pude y conocí todo lo buena,
Toda la bondad que puedo tener
No es mucha, te aviso
Es corta, es volátil
Es como yo
Un fuego que baila al ritmo del aire que le den
Tú fuiste aire,
Un respiro,
Corto, sustancioso
Me llenaste el corazón de una tormenta espantosa,
Impredecible, agobiante,
Me hiciste sentir viva, llevada, muerta en vida.
Mu nublaste.
Me hiciste creer que lo único bueno de mí era lo bueno que podía ser contigo, para tí.
Me hundiste en la pena del silencio.
Cegaste mis sentidos con un anestésico potente,
Invisible, inodoro.
Me llevaste, me soltaste y me perdiste,
De mí, de tí, de todo.
Las cosas buenas seguían pasando a mi al rededor como películas viejas. No llegaba a disfrutar de ellas cuando ya se estaban acabando. Las cosas malas parecían todas pequeñas porque solo me importabas tú.
Intentaba e intentaba y tan solo resbalaba,
De tus manos, de tus labios, de tu sentir.
Resbalaba de mis ojos,
de mí.
Me iba botando entre cenizas,
Me iba fumando con la esperanza de desvanecer, en tu viento, o en el aire llevadero de olvidar.
Siempre caí,
como masa,
como sal,
Me disolví.
Sigues doliendo aunque no quiera.
Sigo pensándote y apareces de la nada.
En una cosa,
En una canción,
En un nombre.
Sigues existiendo y yo también.
Y qué lastre,
Que la vida siga
Y que el sol brille
Y que la mayoría del tiempo sea feliz.
Aquí estoy, sin embargo.
Sangrando poemas de amor frustrado.
Llorando pasados que rompo en ultimatums.
El ultimo recuerdo, la ultima conversación,
La última inquietud de saber si te muestro o no.
No vale la pena
Todo lo que piense contigo es suposición.
Ya no te quiero querer,
Pero el motivo por el que así lo pienso es igual de inexplicable al motivo por el que te empecé a querer.
¿Cómo odiar o querer lo que no tiene principio ni fin?
Búsqueda errante que condena al suplicio de la eterna soledad por escogencia.
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