Llevo varios días despertando abruptamente entre las 4 y 5am.
Estoy soñando un montón de cosas y de repente un pánico abrupto me despierta.
A veces es un miedo recurrente, como el de perder un vuelo. A veces es un miedo profundo, como el de perder a alguien que amo. A veces es una escena de acción de la película o la serie de la noche anterior.
Hoy fue un mensaje.
Antier encontré un test más de personalidad para hacer. Se trataba de los 9 enetipos. Cada número del 1 al 19 representa un supuesto tipo de personalidad o carácter que se forma en las personas según sus traumas internos.
Respondí 135 preguntas para averiguar mis enetipos. El 8 y el 9 por empate, y luego el 2: el miedo a no ser amada.
En el sueño de hoy había un grupo de personas jóvenes que parecían ser amigos. En esta ciudad onírica hacía calor, e íbamos por un barrio saltando entre casas ilegalmente pero no quedándonos en ninguna. Esta escena de aventura se convierte en un drama adolescente cuando de repente parezco ser una chica en el grupo que rechaza la ayuda de uno de los chicos. Luego parezco ser un amigo de ambos que trata de mediar entre los dos y hacer caer en cuenta a la chica que está fallando al no dejarse ayudar. Por último, veo a la chica irse corriendo, trepando entre las casas para llegar a la vía principal, y soy el amigo gritándole al chico que no vaya tras de ella, pero de repente soy el chico gritándole a la chica "por qué no te das cuenta que te amo como eres?, toda, como eres!. Por qué no quieres mi amor?". Siento un dolor profundo en el pecho y rompo en llanto en medio de la avenida. Mi corazón se siente roto, de un solo golpe. Despierto. Intento volver a dormir pero nunca lo logro.
El miedo a no ser amada.
No me gustan las definiciones de carácter, no me gusta creer que soy solo una cosa, o aunque sea varias, no me gusta definirme porque entonces pierdo la capacidad un poco de ser lo que quiera.
El insomnio me pone a buscar música y me topo con el pódcast empezado de ayer. Una entrevista de vida a una famosa, cuyo título dice "Sané la ausencia de mi papá a través de mis relaciones con los hombres".
Escuché en 1.5x para que los 90 minutos cupieran en la próxima hora de mañana, por si me daban ganas de levantarme a hacer ejercicio. Igual no me dieron, pero lloré y hablé un poquito con Adán sobre esto de las desveladas y sus posibles causas. Me preguntó si es estrés y dije que no lo creía. Le conté que de pronto me sentía más culpable de lo que creía por fallar en un par de mis exámenes de la uni, que tal vez estaba siendo muy autoindulgente pero que al mismo tiempo a veces me sentía triste y solo me daban ganas de abrazarme y consentirme y decirme "todo va a estar bien". Tal vez solo extraño a mi mamá porque esta semana se cumplió un año de la muerte de mi Tita. Tal vez solo me victimizo mucho. Tal vez tengo razón y no tengo porqué tener ganas constantes y montón de fuerza para hacer ejercicio y para definirme como yo quiera, porque ahora mismo tal vez no quiero pensar, solo quiero sentir. No quiero dar más, quisiera recibir.
Quisiera el abrazo amoroso de mi hermana o mi mamá, que me conocen y saben qué necesito cuando estoy triste.
Quisiera estar con ellas para estar tristes juntas, y para amarnos juntas. Para cuidarnos juntas, y levantarnos juntas.
Sí, sí que me gusta cuidar porque muchas veces no me cuidaron. Sí que me gusta amar, porque muchas veces no me amaron. En el pódcast la chica famosa cuenta que su mamá se casó con su papá un poco por conveniencia, porque parecía un buen padre para los hijos que quería tener, y yo pensé: mi abuelita no se casó por conveniencia con mi abuelito, se adoraban, absurda y dependientemente el uno del otro. Mis otros abuelos también se casaron por amor. El amor siempre ha sido mi ejemplo, mi sueño, hace parte de mi historia.
Más allá del matrimonio, el amor está insertado en mi dinámica de vida. Mis metas, mis formas y mi fondo, están todos plagados de, por, y a través del amor. Mi vida es una búsqueda incesante de amor. No de dinero, no de aventura, no de lugares o conocimiento, sino de este sentir, de sentir que cada cosa que hago tiene sentido porque la estoy eligiendo.
Tengo una charla profunda conmigo en la que imagino que yo soy la entrevistada, y yo hablo con fuerza y con risa, y con calma, con pasión, porque creo completamente en el amor, y odio que suene cursi y que su sonido incite a pensar que soy una fanática o una romántica, porque yo no estoy hablando de un amor romántico, ni del matrimonio. Estoy hablando del amor de mi mamá por mi hermana y por mi, de mi amor a mi misma, del amor de Adán por mi al escucharme, del amor de esa entrevistadora a su entrevistada, y de esa entrevistada por su vida y su experiencia. Estoy hablando del amor de ese amigo en mis sueños que solo quería que sus otros amigos estuvieran bien, y se quisieran, porque qué lindo es entender que no hay que huir de todo, que a veces nos aman de verdad, como somos y no lo vemos. Hablo del amor de las psicólogas que nos guían y nos ayudan a desenredar los enetipos, para que podamos elegir quiénes somos. Hablo del amor de poder quedarme acostada en mi cama porque todos los días le doy amor a mis amigos y amigas, y yo también quiero ser mi amiga, y también quiero escucharme y ayudarme y apoyarme siempre que lo necesite, y hoy, y a veces, me siento triste porque no siempre encuentro lo mismo que doy en los demás. Hoy, puedo ser el chico del sueño con el corazón roto porque no le aman como él es capaz de amar.
Hoy, soy el enetipo 2.
Comentarios
Publicar un comentario