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Llanto

Tita

Te extraño todos los días, aún cuando no te extraño.

Extraño no extrañarte algún día y me preocupa llegar a la noche o a la mañana del día siguiente y darme cuenta que tal vez no te pensé. 

Me preocupa olvidarte, dejar de pensarte todos los días. 

Me preocupa dejar de decirte con mi llanto que me haces una falta infinita. Que quisiera llamarte y escuchar tu voz. Quisiera reírme contigo. Quisiera llorar contigo, soñar contigo, dormir a tu lado y verte despertar una vez más. 

Te siento lejos hace ya unas semanas, y me echo la culpa por haberme distraído del duelo buscando sentir otras cosas. Llenando mi cabeza de otras personas que no son tú. 

Así como te siento lejos, me siento lejos yo también, de todo ese amor que sentí, de toda esa paz, de la profunda plenitud que dejaste en mi. 

Así como te dejé un poco de lado, me dejé a mi. Me ha costado hacer las cosas que me hacen bien. Salir a caminar, hacerme de comer, escribir, pintar, leer, escuchar tus canciones. 

Siento que hay algo de mí que ya no quiere llorar más, que está cansada, que quiere solo estar bien y sentirse acogida por algo que irremediablemente no tenga cuestión. 

Diría que eres tú ese algo porque desde que no estás me siento siempre acompañada, sostenida. Pero últimamente no. 

Últimamente me siento llevada en la rutina un poco, desconectada de mi llanto. Distraída de lo que siento. Intento sentir pero otro pensamiento me asalta, y de repente olvido por qué lloraba. 

Tal vez estoy atrapada en el presente y de alguna forma para llorar se necesita estar en otro lugar que no es este. Un futuro incierto, un pasado triste. Si me preguntan, yo digo que estoy bien, porque así me siento. 

No sé si solo estoy fingiendo mi llanto.


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