Ir al contenido principal

Fénix

Me dije muchas cosas todo este tiempo. Me dije, o me dijeron. 

En los pensamientos de la noche que en estos días revueltos interrumpen mi sueño, recuerdo y develo como epifanías los mensajes que ya he escuchado alguna vez desde que este viaje empezó.

"Nada, repito, nada va a ser igual después de esto." 

"Ya no volverás a ser la misma" 

Sí que lo buscaba, de alguna forma. Que algo se rompiera, que algo explotara, que algo en definitiva, cambiara. 

Que cambiara irremediable e imponentemente para obligarme a cambiar a mí. Que cambiara para no tener otra opción más que inventarme de nuevo. Morir, y nacer de nuevo. Vivir, y sentir que la vida se me está acabando, para buscar otra vida y entonces, volver a vivir. 

Te fuiste, y te llevaste contigo, o me llevaste a mi... todas esas ganas de empezar de nuevo, porque cómo pretender que la vida sea la misma sin ti aquí. Cómo resignificar las paredes que habitaste, el suelo que pisaste, los paisajes que miraste. Es posible pero es más dificíl y doloroso, tratar de amoldar los recuerdos que te guardan en un lugar que simplemente se siente vacío con tu ausencia.

Gracias, entonces, por habernos obligado a cambiar, así, tan repentina y rápidamente, tan eficazmente, como tú.   

Gracias por habernos dejado en la inquietud de no saber qué hacer con nuestros planes, para tener que confiar y simplemente continuar. 

Gracias, por haber partido mi tiempo y espacio en dos; en un antes y un después de ti. 

Hoy que vuelvo a adentrarme en lo que era mi normalidad, me despierto con dolor pero con fuerza, queriendo romper con la comodidad, queriendo rehacerme en mis propósitos y deseos, cuestionando desde el ejemplo que dejaste, a donde quiero ir en esta vida que por más que parezca una sola, tendré la oportunidad de vivir una y otra vez de mil maneras, hasta que te vuelva a encontrar. 

¡A morir, y a vivir, con tu fuego que renace siempre de las cenizas, y vuela, y quema cada vez más alto al surgir!

Fénix.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Me fui para volver

Me fui... pensando que nunca volvería, pero al mismo tiempo pensando en que precisamente por pensar así, volvería, y así fue. Tenía 21 años cuando decidí irme a vivir a Múnich, Alemania como Au Pair. Llevaba años queriendo hacerlo pero mis planes allá no eran muy claros, inicialmente quise viajar por el mundo aprendiendo idiomas y cuidando niños, lo cual en  su momento de verdad me gustaba mucho, pero en mi imaginario de lo que tenía que hacer para lograr alcanzar eso, pensaba que necesitaba antes que nada: mucho dinero. Me concentré en trabajar y ahorrar para poder pagar una agencia que me guiara en el proceso y me contactara con quienes serían me familia de acogida. Hacer eso me tomó más tiempo del que esperaba y cuando por fin logré pagar una agencia, me estafaron; pagué al rededor de 1200 dólares para hacer todo el proceso, el cual incluía cursos de alemán básico para pasar el examen que se necesita para la visa, todo para que después de 6 meses dijeran que mi contrato se hab...

Venceremos

Me siento inmune, lo soy. Al virus, al sufrimiento, al paro.  No paro de pensar en él. Es tal vez de las pocas cosas para las que no estoy dormida, inocua, débil.  Me sobran las ganas de estar con él, de saber de él, de verlo bien. Feliz, chistoso, seguro, él. Él, que a 5 horas de conocernos me dijo que no sabía porqué, pero de repente quería verme mucho, y tal vez que ya nunca me fuera de su lado. Él que aún cuando intento escribir con ira sobre todas las otras cosas que suceden además de él, siempre es la primera o la última frase, cualquiera de las dos de vital importancia. Me siento dormida, llevada, traída.  Hoy estaba en la marcha feminista. Una niña de 17 años se suicidó luego de haber sido violada por 4 policías en una estación. Ni siquiera eso me duele. No me duele porque sé que seguramente eso fue lo mejor que pudo hacer. Porque sé que estar allí es vivir una película de terror eterna. Nunca se borra. A veces la pasas más rápido, a veces más lento. A veces duele...

Un extraño que extraño.

Ahora que no tengo un nombre para ti.  Ahora que mi nombre es un diminutivo en tu historia.  Extraño, Extraño que conocí.   Extraño fue conocerte primero como de mentiras,  con fotos,  con mensajes,  con cosas en común.  Fantaseo, ahora que no estás,  Con las cosas que me gustan de ti.  Fantaseo con la imposibilidad de tenerte, y entonces tenerte allí, En un mundo de mentiras,  De tardes y atardeceres,  De visitas,  De conocerte hasta que dejes de ser extraño, y entonces te quiera, y tú a mí.  Conectar, querer, para mi,  Muchas veces es, fantasear.  Es dibujar en recuerdos futuros un mundo paralelo en el que todo lo que no fue, es.  Todo lo que no somos, somos.  Fuimos, y no me di cuenta que lo fuimos Y ahora que no estás, quisiera llenar mi cabeza con todos los espacios vacíos que tengo de tu ausencia..