Un día como hoy habría estado loca de la emoción -como lo estoy, pero además habría tenido todo un grupo de aplausos celebrando mi victoria -como los que tuve; pero además habrían estado ellas ahí, sin duda, habrían sido las primeras en saberlo, sin duda; habrían sido las primeras en ofrecerse para ayudarme a mudar mis cuatro catres y mis gates. Si ellas hubiesen estado, tal vez nunca habría tenido esa conversación con César. Tal vez nunca me habría sentido predispuesta y armada y preparada para poner límites que tal vez eran necesarios, pero tal vez no con él. Tal vez no fue la forma, seguramente no fue el tono, definitivamente no fue el momento correcto.
Pipe me preguntó de qué manera puedo llegar a ser tóxica y lo pienso, y le doy vueltas, y me doy cuenta que mi afán de vivirlo todo me daña hasta acá. Seguramente me afané en sacar conclusiones, en decir lo que pensaba, en sentir. Con ellas y con él. Nunca los dejé hablar. Siempre me paré en esta postura moral de defenderme, de imponer, siempre lo hice ver como una conversación pero en mi eterna superioridad moral, todo lo que me ha pasado justifica sin duda alguna todo lo que soy. Y eso soy. Soy esclava de todas las veces que me sentí utilizada, ignorada, o rota simplemente porque sí. Soy aún; partes de la niña herida que no tiene reparo en pedir ser comprendida pero no quiere comprender, y no quiere escuchar, y siempre merece más y más y más.
Perdóname, por todo lo que no te he permitido ser. Por todo el tiempo que nos robé, por todos los "te quiero" con los que te amenacé a corresponder. Por no creer en lo que desde el día uno pude ver y sentir, y por toda las palabras que no te permití sentir antes de decir, aún cuando ya me las decías sin saber.
Me he matado la cabeza tratando de entender qué hice mal, qué cambió. Y ahora lo veo. Estás aquí y no te has ido aún después de todo. Estás aunque a veces no sepas si quieres estar. Tanto como yo, te aferraste al recuerdo de esa noche en la que todo parece haber tomado un rumbo diferente y crees en eso, y aquí estás, y aquí estoy.
Y perdona, que solo hasta un día como hoy, en el que recuerdo que soy más que la niña, la adulta pueda pedirte perdón. Hoy que me recuerdo que soy muchas más, te quiero devolver el tiempo, y las ganas, y el pedacito de corazón que me regalaste cuando te dije "tmk" por la razón equivocada. Te doy lo que me pediste algún día que te escribiera sin saber si lo vas a leer, o si te va a parecer muy hippie dentro de lo cursi, o simplemente demasiado cursi. Gracias por haberte quedado y por no desistir.
Comentarios
Publicar un comentario