Tu forma de amar es patriarcal. Eres un esclavista de emociones. Quieres que te den amor pero no quieres hacer el mínimo esfuerzo por cultivar la tierra sobre la que se labran los beneficios de las relaciones amorosas. Eres un digno hijo del capital. Maximizas tu benificio y minimizas tus costos. Las mujeres son motines de guerra, trofeos, colecciones y diplomas de conquista. No te es posible amar, no sabes cómo. Vives sentado en tus privilegios, jactándote de saber muchísimo sobre la realidad social, ¿Para qué? ¿De qué te sirve penetrar el conocimiento y dominar los axiomas de la ciencia que simplemente reproduces sin el mínimo reflejo de autodeconstrucción? ¿Para qué intervenirte si así eres perfecto? Todo lo otro es lo que está mal, es el mundo el que te hizo así, eres un niño eterno, censurado, alienado, inútil. Eres herramienta del producto perfecto de la era del uso y el desuso. Hombre-máquina, generas una demanda que no estás dispuesto a suplir en ninguna parte del ciclo. Tu mercado de emociones se limita a la tranza de felicidades. No estás dispuesto a recoger los desechos de tu siembra, solo buscas gastar a consumo final. Irónicamente te consideras propietario, más bien heredero. Y lo eres... de tierras, de egoísmos, de iras, de faltas, de tristezas. Esclavizas porque eres esclavo del pasado que te encerró en la coraza del individuo. Primero tú, segundo tú, tercero tú. No produces nada y el mundo material te castiga por ello, mientras tu te alivianas en la excusa de la producción de conocimiento. Esclavo de tu propio invento. No habrá Estado ni mamá que te garantice la vida eterna. Parásito que finge autonomía, hipócrita hijito burgués de un proletario. Nada nunca te sacará de tu fantasía violenta, único lugar donde puedes extenderte sin los límites de la moralidad. Ve, sigue haciendo lo que te gusta, sueña con la muerte, mata con palabras, con silencios, con armas de mentiras. Ve y descarga tu ser en la única respuesta y compañía que encontraste a la peor decepción de tu vida. Ve y permítete ser tu ideal únicamente bajo la deshinibición... de las emociones, de la realidad, del espacio, del tiempo, de la vida. No seas nada más, no cambies, sé tú, siempre.
Me fui... pensando que nunca volvería, pero al mismo tiempo pensando en que precisamente por pensar así, volvería, y así fue. Tenía 21 años cuando decidí irme a vivir a Múnich, Alemania como Au Pair. Llevaba años queriendo hacerlo pero mis planes allá no eran muy claros, inicialmente quise viajar por el mundo aprendiendo idiomas y cuidando niños, lo cual en su momento de verdad me gustaba mucho, pero en mi imaginario de lo que tenía que hacer para lograr alcanzar eso, pensaba que necesitaba antes que nada: mucho dinero. Me concentré en trabajar y ahorrar para poder pagar una agencia que me guiara en el proceso y me contactara con quienes serían me familia de acogida. Hacer eso me tomó más tiempo del que esperaba y cuando por fin logré pagar una agencia, me estafaron; pagué al rededor de 1200 dólares para hacer todo el proceso, el cual incluía cursos de alemán básico para pasar el examen que se necesita para la visa, todo para que después de 6 meses dijeran que mi contrato se hab...
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