Ir al contenido principal

Irreplaceable

"Come to terms"

Coming to terms with something means, to accept. 

To deal, to face, to recognize and set the expectations with the fact that whatever one thought about something in the past, is really not that and it is time to incorporate that uncomfortable reality and learn, cope, and most difficult: live with it. 


Today, I have to come to terms with the fact that you can't love me the way I thought you could, and you tried, you really did, in fact, you did so well that you made me believe you were happy with the way we spent our time together, I thought you could deal with the current reality of my way of living. Today the words come in another language because it is hard to express them in our language. For a moment, all the words we've used together seem to be contaminated with my present thoughts. Thoughts that I don't want to recall to be part of our story, not now, not in a whole, not forever. You and I were much more than just arguments about who hurts whom with their actions, about who the bad guy is in the story. You and I had hopes, love, colors, feelings for each other, tears of happiness, sunsets, sunrises, rainbows, nights, days, hours, eyes to stare, hands to touch, lips to kiss, bodies to hold. You and I deserve another chapter. We deserve to live and love in freedom, in absolut joy of the present moment that revolves us around to stand next to us, right at the same time, in the same space. We are and were a magical coincidence.

I'm sorry I can't be who you want me to be, and I'm sorry that you're not who I want you to be. I hope, one day, our circumstances change, the time gets larger to spend with you, some of our dreams can come true apart, and life finds a space to make us fit together again in many or all the ways.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Venceremos

Me siento inmune, lo soy. Al virus, al sufrimiento, al paro.  No paro de pensar en él. Es tal vez de las pocas cosas para las que no estoy dormida, inocua, débil.  Me sobran las ganas de estar con él, de saber de él, de verlo bien. Feliz, chistoso, seguro, él. Él, que a 5 horas de conocernos me dijo que no sabía porqué, pero de repente quería verme mucho, y tal vez que ya nunca me fuera de su lado. Él que aún cuando intento escribir con ira sobre todas las otras cosas que suceden además de él, siempre es la primera o la última frase, cualquiera de las dos de vital importancia. Me siento dormida, llevada, traída.  Hoy estaba en la marcha feminista. Una niña de 17 años se suicidó luego de haber sido violada por 4 policías en una estación. Ni siquiera eso me duele. No me duele porque sé que seguramente eso fue lo mejor que pudo hacer. Porque sé que estar allí es vivir una película de terror eterna. Nunca se borra. A veces la pasas más rápido, a veces más lento. A veces duele mucho, a vece

Adán

 Hace rato no vengo aquí, o no lo recuerdo, como ultimamente. Cada vez que vengo hago una releída de cosas. A veces me sorprendo, a veces me decepciono. Hoy me doy cuenta que me gusta mucho escribir sobre dolor, a veces alegría o esperanza. No sé si sobre ti.  Me encanta hablar de primeras veces. Hacer las sensaciones y las emociones especiales "nunca había sentido esto". Y sí, cada una es especial a su manera, pero esta vez, muy como el objetivo de lo que vengo a decir pero con mi marca de especialidad: eres la primera vez.  Eres el principio de algo que no sé si seguirá contigo, aunque ojalá. Has sido testigo y colaborador de mi adultez. Has sido diferente, similar también. El cariño y como se siente el cariño, lo puedo recordar de otros lugares, de otras personas. El amor, así como éste que tu me has dado, también he tenido parecidos uno o dos tal vez, pero nada como el resto de ti.  Tu calma, tu paciencia, tu comprensión, tu persistencia. Nunca las había tenido antes.  Vo

Infancia

Estar con personas demasiado tiempo -sin importar la cantidad- a veces me abruma.  Mi "demasiado" a veces puede ser poco en realidad.  Me pregunto el origen de ello y recuerdo crecer en soledad, no en una mala soledad necesariamente, sino en la soledad acompañada de libros, música, lluvia, soles, muñecas y miradas al techo eternas, a veces hasta dormir. Recuerdo despertar siempre muy temprano. Temprano tipo a las 6 a.m. Nadie más estaba despierto a esa hora, sobre todo cuando estaba de vacaciones y me llevaban a pasar un tiempo con mis tíos o tías. A veces salía a la montañita de la casa a consentir a los perros o a los conejos; a veces intentaba entrarme a la casa del árbol aunque supiera que Jose la había dejado con llave; a veces tomaba algún cuento aburrido y lo leía y lo leía sin entender nada, mi mente siempre interrumpida por el hambre o por imágenes que las palabras vistas me hacían fantasear. Aprendí a hacerme el desayuno desde muy pequeña, porque ya incomodaba ir a