Cinco y tanto a eme. Ojalá el amanecer de hoy esté tan lindo como el de ayer. No quiero la duda. Me paro con afán, me cambio el pantalón, me pongo otras medias porque las que tenía se enredaron entre las cobijas y no tengo tiempo para buscarlas y encontrarlas. Me paro con afán, me pongo el tapabocas, me pongo los zapatos, abro la puerta con cuidadito, tomo las llaves y cierro la puerta con la llave adentro para no despertarlas al salir. Bajo las infinitas pero cortas escaleras, salgo de la torre y veo el suelo mojado, encharcado de la lluvia de ayer. Camino con afán, veo de reojo al grupito de gente afuera de la otra torre, uno de ellos me mira, tal vez por el afán, tal vez por el cabello suelto que no cuadra con la pinta de hacer ejercicio, tal vez porque qué raro que "Yo aquí llegando y ella saliendo, a esta hora, con estos tiempos y con este frío"-habrá podido pensar. Los sobrepaso y sobrepaso los pensamientos sobre lo que puedan pensar. Las ganas de llorar me invaden, oja...