Ayer,
Mientras esperaba en las escaleras a que llegara mi mamá a rescatarme después de haber dejado las llaves en una chaqueta que no me puse, me puse a escribirte algo que ya no sé como empezaba, con el 1% de batería que quedaba en mi teléfono.
El caso es que decía algo así: Qué efímero ¿No? -Y seguía con algo que realmente no quería decir; Hoy te quiero decir: Qué efímero ¿No? Cómo llegamos y nos vamos. Cómo somos y luego no somos. Cómo saber con certeza que existes, si de tu existencia solo tengo unos dibujos, que parecen ser palabras, que con ellas escribo, y con ellas creo hablar, cantar, leer y algo más.
No sé.
No sé cómo comprobar que detrás de esto hay un pensamiento, y que detrás del pensamiento había una piel, una piel con movimiento, una piel con sentimientos.
No sé qué fue; o sé que fue exactamente: sólo fue, ya no es.
Llegamos, caminamos y nos vamos, y en las historias a las amigas permaneces, y con el tiempo ya no serás nadie, nadie para este cuento, todo para el propósito de existencia de ésta hoja, en este cuaderno, con esta tinta, del lapicero que estas manos, pensándote, escribieron.
Hito al Adiós del Forastero.
Mientras esperaba en las escaleras a que llegara mi mamá a rescatarme después de haber dejado las llaves en una chaqueta que no me puse, me puse a escribirte algo que ya no sé como empezaba, con el 1% de batería que quedaba en mi teléfono.
El caso es que decía algo así: Qué efímero ¿No? -Y seguía con algo que realmente no quería decir; Hoy te quiero decir: Qué efímero ¿No? Cómo llegamos y nos vamos. Cómo somos y luego no somos. Cómo saber con certeza que existes, si de tu existencia solo tengo unos dibujos, que parecen ser palabras, que con ellas escribo, y con ellas creo hablar, cantar, leer y algo más.
No sé.
No sé cómo comprobar que detrás de esto hay un pensamiento, y que detrás del pensamiento había una piel, una piel con movimiento, una piel con sentimientos.
No sé qué fue; o sé que fue exactamente: sólo fue, ya no es.
Llegamos, caminamos y nos vamos, y en las historias a las amigas permaneces, y con el tiempo ya no serás nadie, nadie para este cuento, todo para el propósito de existencia de ésta hoja, en este cuaderno, con esta tinta, del lapicero que estas manos, pensándote, escribieron.
Hito al Adiós del Forastero.
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