La gente me conoce y en algún momento empieza a decir que soy muy tierna. Siempre me sorprendo porque yo no me siento así. No me levanto todos los días y pienso en lo tierna que soy, lo suave, lo dulce. No me veo al espejo y pienso, qué tierna. No. Cuando yo me miro a un espejo veo belleza, veo fuerza, intensidad, a veces cansancio, a veces tristeza, a veces fealdad. Veo muchas cosas, pero nunca ternura. Estos días que vengo recordando cosas de mi infancia pienso en quién era de pequeña, qué sentía, qué pensaba, cómo veía el mundo. Lo que recuerdo me produce mucha ternura, de mí, de esa niña que pensaba con pureza que todas las personas eran buenas, que todo lo que había para ella era amor. Quién eras Cami? Qué hicieron de ti, contigo? La recuerdo y quisiera sentirme como ella. Aparentemente ya lo soy, en apariencias solo, en lo que las personas ven de mi. Esto empezaba con ira, pero la ira es una emoción secundaria a la tristeza. Así que ahora que la veo más a fondo, veo tr...