Cada nota que empiezo siempre trae un espacio ya puesto. Yo nunca puse nada allí, pero el vacío existía por sí solo aunque yo no le buscase. En estos días de ver tantas caras fuera de las habituales, de tantos espacios que se mezclan entre sí y al mismo tiempo se separan; de tanta familiaridad infamiliar. Como un recuerdo lejano volvió a mi memoria el hacer vida junto a tantas personas, fuera de mi casa y mi comodidad. El tiempo es lo que parece impactarse más, pero es que más que el tiempo son las personas, que entran y salen, y entran y salen, de mi espacio, de mi cuadro de foco, de mi. Chistes, risas incómodas, ruidos, olores, sonidos. Ya en pocas horas tengo descifrado en que lugar se sienta cada quién, en qué idioma prefiere y cuántos habla tal cual. A quien le gusta y cómo el café. A mí, que nadie me cree que solo lo uso de vez en cuando como para drogarme porque es que estos días han estado tan tan ocupados que siento como si trasnochara todos, pero de nue...