Conectada, en este momento, con el pasado fortuito de cada mujer que ha existido en mi vida, con una canción que me recuerda los pasos pasados que he reescrito al caminar de nuevo; sus pasos; los dolores de aquellas personas que me construyeron de una u otra forma. Mamá, tías, abuelitas, hermana. Las siento vivas hoy, más que nunca, como si de repente fuera ustedes, en sus luchas, en su fuerza, en su alma. Gracias infinitas, por ser, por resistir, por mantenerse en el camino difícil o amable que a veces es la vida. Gracias por tanto amor, por haberse visto en mis ojos y haber deseado algo mejor que lo que ustedes mismas tuvieron. Gracias por apoyarse mutuamente en las soledades, las dificultades, los dolores. Gracias por haberse buscado entre sí para llorar juntas. Gracias por todo lo que aguantaron en silencio, por las lágrimas que no fueron capaces de llorar por protegerme, y protegernos, a nosotros y nosotras, sus aprendices de vida. Gracias por ha...