Me estoy preguntando si he hecho mal en guardar mis vacaciones para después, para cuando no estés. Me dije a mi misma que seguramente necesitaría esos días para recuperarme de tu partida. Para recordarme que la vida sigue y que aunque ya no estés puedo ser feliz. Me dije todo esto a mi misma, como si me lo estuvieras diciendo tú. De eso me convencí. Ahora mismo me sentía avergonzada por pensarlo, por planearlo. Estás a mi lado. Estás viva, o tu cuerpo lo está, pero tu alma cada día está más en otro lugar. Sin embargo de repente abres los ojos y me dices "Tú no seas tan bobita", casi no te oigo así que te pido que me repitas, y me repites "Tú no seas tan bobita". Me río, me estremezco entendiendo que me escuchabas, en mis pensamientos, y entonces quisiste darme permiso, para seguir viviendo, para ser feliz, para hacer por mi lo que tú misma quisieras hacer, por mi y por ti. Te dije que dejaras de leerme la mente, y tú simplemente respondiste "yo me voy" ...